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El blog impersonal de Edgar Seoane



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Bien amigos, es un placer teneros nuevamente en este programa. Hoy vamos a aprender a restaurar una máquina arcade.

Empezaremos analizando los daños de los laterales. Os pongo en contexto: Se trata de una máquina arcade hecha a mano con 15 años a sus espaldas, que ha sufrido 3 mudanzas, 3 desmontajes, 2 montajes y finalmente ha acabado encerrada en una caseta exterior durante al menos 5 años, sufriendo lluvias, vientos de fuerza 5 y un pequeño roedor que campó a sus anchas entre sus restos durante unas semanas.

En un primer análisis parece que las maderas están más o menos bien, se ven rectas, y no presentan problemas graves de humedad. La parte inferior, que es en la que se apoyaba todo el peso de la máquina ha sufrido desgaste al estar apoyada directamente contra el suelo: puntas gastadas, melamina arrancada en algunas zonas y también presenta una ligerísima hinchazón  (1 - 2 mm) en los cantos. Esta hinchazón probablemente está causada de fregar el suelo y rozar con el mocho los laterales, dejando finos residuos de agua que al evaporarse hincharon la madera.

En un principio a nivel estructural está bastante mejor de lo que realmente esperaba. Pero hay mucho trabajo por hacer si queremos recuperar y utilizar estas maderas.

Los dos laterales a nivel superficial tienen restos de pegamento, papel pegado fuertemente y agujeros por todas partes. El lateral izquierdo está peor hay mucho más resto de papel.

Tengo que procurar ser positivo y ver las cosas con retrospectiva. Cuando monté la máquina me faltaba muchísima experiencia y sobretodo medios económicos para llevarla a cabo. El precio final con la que la llegué a montar entera era bastante inferior a los 400€ (TV, ordenador y electrónica incluida). Pero igualmente tengo que ser autocrítico, es inevitable.

Siempre me hizo ilusión tener forrados los laterales con ilustración arcade, pero imprimir en una superfície tan grande resultaba muy caro, y además tenemos dos laterales así que todo el presupuesto es x2. No me lo podía permitir. En ese momento tenía dos opciones:

  • Opción 1: dejar los paneles tal como están con la madera acabada en melamina negra
  • Opción 2: probar a pegar papel normal, utilizando una impresión compuesta en un mosaico de varios DinA3 con el dibujo. El vinilo de los pobres.

De las dos opciones la buena era la primera, pero… me equivoqué y escogí la segunda. Empecé pegando el papel en un lateral con pegamento 3M de fijación fuerte para probar como queda y cuando pegué todo el papel, en un principio lo ví fantástico, firme y nítido (daba el pego de sobra). Así que me aventuré con el segundo lateral.

Con el paso de unos meses, el papel debido a la fuerza de sus fibras comenzó a despegarse poco a poco, al principio eran solo unos pocos cantos. Nada que el Loctite no pueda solucionar (error garrafal). Al cabo de un poco tiempo más, el papel comenzaba a despegarse en otras zonas, más Loctite esto es la guerra.

En menos de 1 año pasé de un: “uuuuauh que chulo”… a un “uuuuuah vaya puta mierda” pasando de forma obligatoria por un “seré gilipollas quién mierda me mandaba estar haciendo experimentos”.

En la última mudanza arranqué todo ese molesto papel y quedaron los restos de esa chapuza en la madera que podemos ver en la imagen. Estuve a punto de tirar todo a la basura, pero en la última mudanza un buen amigo me animó a no hacerlo y me convenció con un “no tires eso que es una pena, es algo que has hecho con tus propias manos. Ya lo arreglarás algún día”.

Vamos al meollo:

1- Eliminando el mugriento cubrecantos

La cinta que cubre los cantos está hecha caldo. En muchos sitios está prácticamente despegada, en otros a poco que tires la sacas sin mayor complicación. Me sirvo de una espátula de Aquaplas y el trabajo es bien sencillo.

No todo el canto sale de forma limpia, hay zonas un poco más pegadas que otras y dejan el residuo adhesivo en el canto de madera. En la esta imagen podemos ver el cambio de color en el conglomerado debido a este pegamento. Con la espátula e insistiendo acaba saliendo, parece un poco como chicle.

Recuerdo que cuando monté la máquina, de vez en cuando estos cantos se soltaban y tenía que repasarlo nuevamente con la plancha. Supongo que debido a estos repasos he provocado que el adhesivo esté más unido al conglomerado en unas partes más que en otras.

Aquí un detalle del estado de la madera de los laterales en su parte inferior. Está ligeramente inflada y los cantos están algo comidos. Eso lo arreglaremos con pasta de madera y lijado. También podemos ver el mal estado en el que se encuentra el cubrecantos, en concreto el que reposa en la madera se me rompió como piedra pómez mientras lo desprendía.

2- Eliminando el papel y el asqueroso pegamento

Lo siguiente que vamos a hacer es quitar el papel pegado, en estas imágenes más detalladas os muestro como el papel está fuertemente pegado y alrededor toda la madera está llena de piquitos blancos provocados por el pegamento 3M y el papel.

Como podemos ver a pesar de que había arrancado todo antes de la última mudanza, el tiempo y la fuerza de la fibra del papel acabó por despegarlo un poco más de la madera. De esto no me quejo, sólo tengo que tirar de la punta de papel saliente de la zona izquierda y con ayuda de una espátula seguro que saco un buen trozo.

También podemos observar como los cantos de la madera están dañados, la melamina es un material muy resistente pero en los bordes es muy débil y con el tiempo es fácil desprenderla con golpes o manipulaciones.

Aquí no se puede retirar el papel fácilmente. Está fuertemente pegado con Loctite y me dejaría las uñas si lo intentase. Con una espátula en seco destrozaría la melamina. Así que el truco está en usar acetona.

La acetona es un líquido que devora y debilita el pegamento. Cómo conseguir acetona, muy fácil:

  1. Hecharse novia
  2. Convencerla de que ese montón de mierda acumulado en la caseta de la terraza sirve para algo
  3. Esperar unos días
  4. Pedirle el quitaesmalte de uñas

El quitaesmalte de uñas es acetona. Podéis conseguirlo de la forma que os he indicado antes, o bien, en cualquier supermercado. En concreto yo he usado este:

Tened cuidado con este producto. Parece inofensivo pero no lo es. La acetona es muy volátil, por lo que si dejáis el tapón abierto el líquido se evaporará rápidamente. Pero a lo que hay que prestarle más atención es a que es un producto altamente inflamable.

Para lo más gordo he usado la típica espátula para Aquaplas, pero para estos restos que casi es pegamento puro he necesitado una rasqueta. Es una cuchilla muy fina y hace mucho más fácil el trabajo, aunque si no se utiliza con cuidado podéis dañar la melamina. No hay que presionar demasiado.

La verdad es que cuando he utilizado la rasqueta he mandado a freir puñetas la espátula, es mucho más rápido usando esta herramienta. ¡Tomo nota para el resto del trabajo!

Me tiene frito el pegamento llevo ya unas cuantas horas rascando. Pero al mismo tiempo tengo un cierto reconforte al ver que poco a poco la madera mejora.

Finalmente el trabajo da sus frutos y el lateral queda totalmente limpio.

Ahora destacan muchísimo más los desperfectos de la melamina, agujeros, cantos… Nada que una pasta de madera y una buena lijadora no pueda solucionar. Pero eso más adelante, antes hay que acabar con el otro lateral que me falta.

3- A por el otro lateral

En este lateral hay varias cosas curiosas que tengo que explicar antes de hacer nada. Vemos primero la imagen.

En este lateral podemos ver que hay bastante menos pegamento y sólo es visible al acercarse mucho. Esto es debido a que en mi antiguo salón del piso de estudiante donde tenía la máquina, esta parte estaba prácticamente oculta por la pared. En cuánto se me empezó a desprender el papel, acabé quitándolo con cuidado porque al final este lado no se veía.

Pero aparte de esto que comento, la mierda de clase A, los arañazos y la sustancia desconocida de clase M.N.P, hay algo que hacía única esta máquina. Hablamos del agujero para el trackball casero.

Con una bola dura y utilizando las ruedecitas sensoras de un ratón convencional fabriqué un trackball lateral. Era genial porque no tenía espacio en el panel de control que había hecho para ubicarlo. Hice un agujero cónico utilizando una sierra de calar y una lima. La bola sobresalía ligeramente y estaba a presión con las ruedas de movimiento del ratón. Aunque iba un poco duro, el sistema funcionaba muy bien y me permitía utilizar el ratón para seleccionar los juegos y el emulador. Hace 15 años tenías que pasar por el S.O sí o sí y manejarte desde él (hacía un poco feo el sistema). Los botones exteriores seguían la forma de la mano y estaban soldados a cada switch de la placa del ratón.

La mano derecha se acoplaba ergonómicamente, con el dedo gordo manejabas la bola y con el índice, corazón y anular los tres botones del ratón.

Y ahora un detalle de lo que se puede ver desde la parte interior del lateral.

Esto nos va a dar un poco de guerra de arreglar porque no lo vamos a usar. Pero me pondré con ello más adelante.

Lo primero que voy a hacer es quitar esos pulsadores rojos. No me gustan nada, su tacto es tosco, basto y duro. Funcionan con un resorte o muelle y no hacen ruido al pulsarlos, además para pulsarlos hay que hacer algo de presión de más.

Quitar los botones sin romperlos parece imposible, están muy muy justos y apretados y el plástico supongo que por el calor, está algo frágil. Finalmente me dejo de mariconadas y utilizando un misil intercontinental balístico de medio alcance arranco los botones. Sólo sobrevivió uno.

Aquí podemos ver algunos detalles de la parte interior de la máquina. Tal como había montado la cabina, en ocasiones de tanto usarla se me desprendían algunas soldaduras de los mandos, era un coñazo estar a oscuras dentro de ese ataúd, con el soldador.

Un día acabé cogiendo el soldador encendido por la punta y no me di cuenta hasta que lo había levantado por lo menos 20 cm. Me dije “ni un día más”, tuve suerte de no dejarme impreso la marca del soldador en la mano.

Así que en cuanto pude me pasé por una ferretería y me compré los portalámparas más baratos, conseguí unos modelo “Casa del abuelo” en un flamante color blanco que acaba con el tiempo en ese fabuloso color nicotina. Aunque feos eran, su función cumplían.

Esto ahora no lo quiero, así que se van fuera. Además manipular esta pieza con bultos debajo de ella no es aconsejable.

El resto del proceso es similar al caso explicado del lateral izquierdo: eliminar pegamentos con acetona, rascar y limpiar bien la madera.

4- Corregir el corte superior de los laterales

Cuando construí el mueble primero encargué al carpintero un conjunto de piezas de madera rectangulares, dos de ellas eran las más grandes y tenían un grosor de 19 mm. El dibujo que da forma a una máquina arcade lo tuve que hacer, y también tuve que cortarla con una sierra de calar.

Para intentar que aquello fuese lo más preciso posible, me serví de unos sargentos y uní ambas maderas para que encajasen a la perfección. Quedando un tablón de 38 mm de grosor (19 mm x 2). De esta forma sólo tenía que hacer un único dibujo y un único corte. Aunque no es lo mismo cortar 19 mm que 38 mm que es algo más difícil.

De esta forma conseguí los laterales, y la verdad es que este método lo recomiendo. Es rápido y consigues que ambos laterales queden exactos.

Pero la zona superior del lateral tiene un corte un poco malo. No se nota mucho, nadie lo vería… nadie menos yo.

De lejos no se aprecia, pero yo que soy el papá de esta cosa lo veo… y cuánto más miro, más lo veo. Lo veo tanto que al final se ha convertido en el clásico… “este pueblo es demasiado pequeño para los dos y uno tiene que marcharse”. Así que me he tenido que ir.

Pero me fui y volví… y no volví solo. Venía armado con una sierra circular de madera y unos raíles para hacer cortes rectos y precisos. La madera empezó a cagarse encima y suplicar clemencia.

Como podemos ver soy un puto tocahuevos. El lápiz marca la línea ideal perfecta. El error no llega a un máximo de 3 mm. La madera hace algo de efecto “S”. El corte no es fácil, y me lo pensé varias veces antes de hacerlo. Probé con algún resto primero a ver que precisón podía llegar a conseguir. Y tras medirlo muy muy muy muy muy muy bien, me aventuré.

¡Vaya loncha! desde entonces corto el queso con esto. Que alivio haberlo hecho bien.

5- Masillado con pasta de madera

Y para finalizar el trabajo de este fin de semana, pondremos pasta de madera para tapar los agujeros de la parte exterior de los laterales. Y dejaremos que seque tranquilamente.

La próxima vez lo lijaré y continaré el trabajo.

Y hasta aquí la aventura de momento. Espero que los bricoconsejos puedan servir a muchos.




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Ya hay 2 comentarios para...

“Construir una máquina arcade II”

  1. CARLITOOX ...Dice:

    muy bueno el trabajo ,, mira yo estoy pensando en construir una pero que medidas utilizaste y que madera??gracias

  2. Edgar ...Dice:

    Hola Carlos!

    Muchas gracias por tu comentario.

    Voy a poner un plano con las medidas que he utilizado. Lo dejaré en PDF para que quien quiera pueda descargárselo.

    Las medidas de mi cabina están inspiradas en una Defender con algunas personalizaciones.

    Te avisaré por mail!