Efimeroteca

El blog impersonal de Edgar Seoane


Me han engañado y sigo sin querer acostumbrarme.

Siento de nuevo como, a pesar de ser un mamífero con el telencéfalo altamente desarrollado, el pulgar oponible, al que no le gustan los tomates, no come cerdo, odia los perfumes y que conoce de primera mano la manipulación de la publicidad. He vuelto a picar.

160 minutos insufribles: una línea monótona y aburrida que exaspera cuando sólo llevas 30 minutos de película y que se mantiene en todo el metraje.

Aunque la verdad, no tengo la intención de machacar la película. Este artículo no pretende demostrar cómo hacerle la zancadilla a un ciego.

Mi crítica va por otro lado, es más oscura y terrorífica y muestra una realidad que se ha pasado por alto. Dónde la culpa no es de unos pocos, sino de muchos, y quizás, todos tengamos un boleto. Yo también.

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